Cómo asegurarse de que los estudiantes no se gradúen… de la nueva música

Making Sure Students Don’t Graduate…from New Music

Un colega me dijo hace poco durante un almuerzo: “Nuestros jóvenes músicos suelen mostrarse bastante reacios a tocar música nueva. Algunos se deciden, otros no…”. Este comentario me sorprendió bastante, ya que creo firmemente que los músicos jóvenes suelen estar más abiertos a aprender música de compositores vivos que sus colegas mayores y con más experiencia.

Pero, ¿existe un tipo de músico joven para el que la música nueva es “vieja noticia”? Le pregunté a mi amiga Teresa McCollough, profesora de piano en la Universidad de Santa Clara. Además de ser una pianista increíble con varios CD aclamados en su haber, Teresa también está a la vanguardia de la creación y la interpretación de “música nueva”. También es madre de un niño de diez años que está aprendiendo a tocar el piano y el arpa. Ella me explicó:

Lo que creo que es interesante sobre toda esta situación, es que… muchos de los buenos libros de enseñanza que hay por ahí están escritos por compositores vivos… Entonces, los estudiantes “se gradúan” a la “literatura real” y de repente dejan atrás a los compositores vivos a favor de los clásicos probados y verdaderos… La mayoría de los profesores de estudiantes intermedios e incluso avanzados no conocen la música de compositores vivos, y muchos se sienten intimidados por lo que saben… Entonces, los estudiantes más avanzados y entrenados han dejado atrás la música nueva hace años.

¿Es realmente así? Los profesores nos aseguramos de que nuestros alumnos tengan la técnica y dominen todas las piezas necesarias del repertorio. Pero, en ese proceso, ¿permitimos inadvertidamente que nuestros alumnos pierdan la apertura a probar cosas nuevas, música que tal vez no forme parte de los concursos anuales y premios a los logros?

Empecé a pensar en mis experiencias a la hora de exponer a los niños a nuevas músicas. Se me ocurrió un proyecto en particular. Estaba componiendo una pieza para conjunto encargada conjuntamente por dos orquestas juveniles. Una estaba formada por estudiantes que habían recibido poca o ninguna instrucción privada, y la mayoría de ellos tenían pocos años de formación en sus instrumentos. El otro conjunto estaba formado por estudiantes que habían tenido numerosas oportunidades de ampliar sus estudios musicales, incluidas clases privadas. Llegó el momento de las interpretaciones de estreno de la pieza. La primera orquesta tocó con tanta concentración y energía que sonaban mucho más allá de sus años de experiencia. Les encantó que la pieza fuera nueva y que estuviera escrita para ellos. Sin embargo, la otra orquesta, aunque técnicamente superior, tocó la música de forma mediocre. Aunque había conseguido avivar su entusiasmo durante el ensayo, esa energía no se trasladó a su actuación. Fue simplemente un concierto más.

¿Cómo pueden los estudiantes adquirir las habilidades necesarias para tocar y, al mismo tiempo, conservar su curiosidad natural? Necesitamos encontrar una manera de brindarles a nuestros músicos las habilidades y la confianza necesarias para interpretar música de todos los períodos. Nosotros, como compositores, debemos ayudar a los profesores a sentirse cómodos al aprender música nueva. Esto se traducirá en que los estudiantes de música también adquirirán esa confianza, haciendo así que la “música nueva” sea simplemente música.

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